Exhumación de los restos del Padre Alberto Vitadello

El sábado 15 de marzo de 2014, se realizó la exhumación de los restos del Padre Alberto Vitadello, primer Moderador General. A este acto asistieron miembros del Consejo General, El padre Milton Paredes y algunos miembros de la Obra, junto con sacerdotes combonianos y Francisco Salazar, dueño del nicho, y su esposa. Al medio día se realizó la Santa Eucaristía en Guayllabamba con el resto de los hermanos de la Asociación.

El padre Albero Vitadello, primer Moderador General de la Obra María, Madre y Reina de Unidad, falleció en 1997, y fue sepultado en la la cripta de la iglesia Santa Teresita Del Niño Jesús, ubicada en el centro norte de Quito, en un nicho que generosamente fue prestado por el señor Francisco Salazar. Por la condición antes mencionada, al pasar de los años se ha visto la necesidad de trasladar los restos del padre a otro lugar. Este traslado fue realizado el sábado 15 de marzo, y constó de dos partes: la exhumación de la cripta y la celebración de la Eucaristía.

La exhumación se realizó a partir de la 9h00. Primero hubo un momento de oración y una reflexión hecha por el Padre Milton, luego de esto, el nicho fue abierto. Todo el proceso de exhumación duró una hora y media. Luego de los cual se inició el traslado hacia la parroquia San Francisco de Guayllabamba, al nororiente de Quito: el cementerio de esta parroquia fue el destino final de los restos del Padre.

Al rededor de las 12h00 llegó la carroza fúnebre a la iglesia parroquial. A la Santa Eucaristía asistieron los miembros de la Obra de Quito. Una calle de honor fue hecha para la entrada del féretro del padre Alberto por algunos hermanos varones. La ceremonia fue algo muy íntimo y conmovedor. Al final de la misa, la señora Marcia de Mahnke, miembro del Consejo General, leyó una semblanza del padre Alberto, que describía en detalle la gran persona que fue, donde resaltaban su humildad y su alegría. La semblanza presentaba y daba a conocer al padre Alberto, incluso a quienes nunca lo conocieron.

Una vez concluida la celebración Eucarística, los restos del padre fueron trasladados hacia el cementerio. Desde que el ataúd fue llevado de la puerta del cementerio hasta que el nicho quedó cerrado, se entonaron cantos y se pronunciaron oraciones. Fueron momentos muy emotivos. Toda la jornada terminó hacia las 15:00.

 

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