La Vida Misma es un Milagro de Dios

Foto 1Bendición especial y consagración de los niños a la Virgen María. Crédito: OMMRU

La noche del jueves 5 de diciembre, en nuestra Capilla de María Madre y Reina de la Unidad, se llevó a cabo un evento muy especial, cargado de mucha ternura, que estamos seguros, hizo sonreír el Corazón de Jesús y de la Virgen María, nuestra madre, quien, en este Adviento, ya se nos muestra bellamente embarazada, viviendo el tiempo de la “Dulce Espera”.

Bendición y consagración a María de la Dulce Espera

El Padre Milton Paredes celebra la Homilía ante la mirada dulce de la Virgen María, Madre de la Dulce Espera. Crédito: OMMRU.

Nuestro amado Padre Milton, celebró conmovido una Eucaristía para bendecir el vientre de las madres embarazadas o que anhelen estarlo, y consagrar a sus hijos pequeños a la Virgen María, Madre de la Dulce Espera.

Fue una experiencia intensa, emotiva y llena de la ternura que provoca contemplar a nuestra Madre celestial embarazada del pequeño Niño Jesús.

Las madres que asistieron junto a sus familias, realizaron una ofrenda especial, presentando ante el altar algunos símbolos: una vela azul, una oración de corazón por sus hijos, el nombre del bebé que querían consagrar, o, el nombre de la madre que pedía la gracia de quedar embarazada.

Durante la homilía, el Padre Milton resaltó la necesidad de valorar la vida: “Hay que aprender a mirar la vida como un milagro” y posteriormente reflexionó que, en la actualidad, a la vida se la toma como algo relativo y no como un don de Dios.

Es impactante detenerse a reflexionar como podemos llegar a pensar que, concebir un hijo es algo común, cuando en realidad es un don extraordinario y maravilloso, del cual nuestro Dios amoroso, fuente de toda paternidad, es el dueño y nos hace dignos de recibirlo en nuestras vidas.


En la medida que ofrezcamos nuestra maternidad y paternidad, podremos vivir con mayor plenitud esta Navidad.

La ceremonia finalizó con la imposición de manos, en la que nuestro sacerdote oró profundamente sobre cada una de las mujeres que asistieron, y con el corazón emocionado y alegre, bendijo tiernamente a los pequeños niños.

Síguenos en: