Séptimo Aniversario de Ordenación del Padre Milton
Foto 1Padre Milton Paredes
Este lunes, 29 de junio, Solemnidad de los apóstoles San Pedro y San Pablo, la Obra “María, Madre y Reina de la Unidad” celebró con alegría, el séptimo aniversario de la Ordenación Sacerdotal del Padre Milton Paredes, quien, por amor a nuestra espiritualidad y con el ferviente deseo de atender al llamado del Maestro de la Unidad, fue ordenado sacerdote, el 29 de junio de 2013.
Al iniciar la Santa Eucaristía, el Padre Milton colocó sobre el altar, una reliquia del Padre Alberto Vitadello, y pertenencias del Padre Juan Abril y del Padre Guillermo Jiménez. Sacerdotes amantes de la Unidad, ejemplo y luz para su vida sacerdotal.
Ofreció la Santa Misa como acción de gracias por sus siete años de sacerdocio, por la celebración del “Día de oración por el Santo Padre”, por la Obra en el mundo entero y por él mismo en este aniversario.
Al inicio de la homilía, el Padre Milton, hizo un llamado a mantener toda la atención en la Santa misa, y dejar todas nuestras preocupaciones en las manos del Señor.
El sacerdote revestido de dones para ser intercesor entre el pueblo y Dios.
El Padre Milton empezó la homilía contando la manera en que el Sumo Sacerdote era revestido al entrar al Templo: Su ropaje era fino y cada detalle del ajuar tenía su propio significado. Pero uno de esos, muy especial, es que llevaban en el pecho una tela cuadrada bordada en oro, donde estaban engarzadas 12 piedras que representaban a las doce tribus de Israel. Esa especie de bolsa dorada, de unos 23 por 23 centímetros aproximadamente, debía llevarse colgada de manera de cubrir el corazón del sacerdote. Las piedras preciosas eran: jaspe, zafiro, calcedonia, esmeralda, sardónica, sardio, crisólito, berilo, topacio, crisoprasa, jacinto y amatista.
Foto 1
Detalle del Pectoral del Sumo Sacerdote, con las 12 piedras preciosas.
Todas estas piedras preciosas van en el pecho del sacerdote, junto a su corazón, porque significan el amor y el valor del pueblo de Dios. El sacerdote, al entrar al templo, representa a los fieles, intercede por sus intenciones: “Me gustó mucho ver cómo algunos sacerdotes en estos tiempos de pandemia ponen las fotos de los fieles durante los ritos y oraciones. Este gesto puede graficar, cómo el Señor ordena al sacerdote para que intervenga por el pueblo”.
«Cuando el sacerdote entraba en el santuario, Dios le mandaba que escriba en su frente en hebreo Kohen Gadol, que significa el consagrado que está al servicio de Dios. Es una persona que ha sido apartada para estar con el Santo, es el que está al servicio de lo sagrado, santo para estar al servicio”.
Y explicó que esto no se refiere a que todos los sacerdotes sean santos: “Desde el antiguo testamento, vemos que para que tú seas perdonado de tus pecados, necesitas de alguien, este “alguien” puede ser cualquiera, no es alguien particularmente virtuoso, pero desde el momento en el cual es escogido, tiene que convertirse en el Kohen Gadol para servir a Dios”. Entonces, debe entenderse la gravedad de ser ese ungido: “En la palabra de Dios encontramos que debe ser purificado, porque el pecado del sacerdote, siendo que él va a interceder en el nombre de Cristo, su “impureza” se convierte en algo mucho más grave… el sacerdote que ore en pecado como dice San Pablo, está ayudando a que muchos se salven, pero él mismo se está condenando.” Y con una sonrisa preguntó: “¿Por qué creen que yo me lo pensé mucho antes de tomar el camino del sacerdocio?”
Dio el ejemplo de San Juan Crisóstomo, quien huyó al desierto por siete años, consciente de la gravedad de ser sacerdote y todo lo que implica ante Dios y los hombres. Este santo escribió 7 libros sobre el sacerdocio, en ellos explica que sólo se puede ser sacerdote si Dios te escoge, pero no es posible serlo únicamente por la voluntad humana.
Por todo esto, el pueblo debe orar, debe sostener con la oración a los sacerdotes.
El mundo y los cristianos
El Padre Milton, hizo referencia a la homilía del Papa Francisco: “El Santo Padre habló hoy sobre dos cosas: la unidad y la profecía. E hizo un llamado a dejar de preocuparnos por cómo vive el mundo, porque hay ateos, hay gente que habla mal de la Iglesia, que habla mal de los curas, etc., y él decía nunca he visto que algo se consiga quejándose”.
El Señor vino a ofrecernos el camino estrecho. “No nos quejemos tanto de que hay pocos, más bien veamos si nosotros, los pocos, somos verdaderos, si somos completos”.
En estos tiempos difíciles, es vital la unidad entre los cristianos. La misión de evangelizar, de llevar a Cristo no es fácil. Pero debemos estar unidos en las manos del Señor, en unidad con el Santo Padre, escucharle, amarle, saber que es nuestro pastor. “Hoy, día de San Pedro y San Pablo, pensemos que cuando Pedro estuvo encarcelado, la gente oraba, no se cuestionaba, sino que oraba. Ahí está la unidad, fíjense como hoy nos dio una clave de cómo podemos estar unidos al Santo Padre, orando con amor por él, sin criticarlo, sin juzgarlo, sin pensar nada más allá del amor que le debemos”.
Ser instrumentos fieles
Dios se vale de la fidelidad, quiere que seamos dóciles instrumentos. El Padre Milton, relató una anécdota graciosa: “Alguna vez, un misionero decía: Si el Señor te escogió para alguna misión no pienses que eres tú el importante. Los discípulos fueron a escoger una burra para que Jesús entre a Jerusalén. La burrita era necesaria para que se cumpliera la profecía, no importaban su color o su belleza, lo que importa es que se vuelve el vehículo que lleva la presencia de Dios.”
Y continuó: “Con esto no quiero minimizar el camino de nadie, más bien, que entiendan que los sacerdotes somos mediadores, que cuando el Señor escoge un sacerdote, lo hace para ustedes. Los sacerdotes estamos para ustedes. Es importante que ustedes se atrevan a pedir, pedir oración, pedir confesión, etc. ¡No sientan que estorban!” “Es importante que sientas que el sacerdocio significa intercesión. Que, de alguna forma, tú tienes derecho porque es Cristo, quien quiso que así fuera.”
Después de decir esto, el Padre Milton dijo sentirse agradecido con Dios, porque en la Obra de la Unidad, el Señor nos mueve a los sacerdotes a amar y no simplemente a cumplir. Con gran ternura nos recordó que debemos sentirnos amados especialmente, desde el corazón de los sacerdotes.
Y pidió a todos, orar por las vocaciones sacerdotales. Sostener con la oración constante a los sacerdotes. “Porque en el camino al sacerdocio, el demonio acecha. Porque la oración de un sacerdote sobre el pueblo, puede liberarlo de la presencia del mal, créanme. Dios es más poderoso que el enemigo. El Señor va a darnos sacerdotes, el Señor va a encaminar la fraternidad sacerdotal, aún en tiempo de persecuciones, de pruebas, de pandemias, todos los días el Señor sigue llamando, el Señor sigue invitando a gente a que comparta con Él de esta manera íntima y particular”.
El Padre Milton hizo un pedido especial: “Oren por mí, oren por el padre Eddy, por nuestras vocaciones.”
“Hoy, especialmente le pido al Señor, por la intercesión del Padre Alberto, del Padre Juan y del Padre Guillermo, me conceda la gracia de la ternura, de la humildad, y la fidelidad. Ser más para Dios y para ustedes”.
Foto 1
Juan Arturo Crespo
Luego de la Comunión, Juan Arturo Crespo, tomó la palabra: “Hoy nos congregamos a través del internet, miembros de la Obra, no sólo de la ciudad de Quito, sino de muchos rincones”. Dijo con el corazón alegre y emocionado, al acotar que más de 150 asistentes compartíamos ese momento, entre los presentes y los participantes a través de “zoom”.
Continuó: “La Iglesia lo ha puesto al Padre Milton al frente de esta Obra, como Prior. Dios ha visto cualidades especiales en él. El corazón se conmueve de verdad. Nos sometemos…”
“El padre es un hombre dócil, suave, un alma que se revisa y que no se queda tranquilo, lucha por seguir al Señor, Maestro de la Unidad. Amó primero a la Obra y después se hizo sacerdote. Es fiel, obediente a la formación de la Violeta