Por los frutos os conocerán. Jóvenes de Australia

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De izquierda a derecha: Marcia, Padre Milton, Juan Arturo y María Emilia. 

Reunión con jóvenes de Australia

Abril 2021

 

Por los frutos os conocerán

Dos almas van por el camino al encuentro con el Señor. Una está limpia y blanca, la otra, sucia, vestida con harapos y con frecuencia se cae. Al llegar ante el Señor, la primera está sin cambio alguno, pero la harapienta está brillante.  ¿Por qué? Porque de cada caída y equivocación supo levantarse y seguir en su anhelo por llegar al Señor. Esta fue la hermosa alegoría que usó Marcia para llegar al corazón de los seis jóvenes de Australia que asistieron a la reunión del día 30 de abril de 2021.

Estuvieron también Juan Arturo, María Emilia, el padre Milton y Horst David que oyeron de los asistentes australianos, el cómo impactó en ellos el testimonio de Horst David y Michelle en su camino a resolver en amor y libertad, su dura prueba matrimonial.

 

No juicios sino misericordia.

Dos horas y media duró este encuentro extremadamente valioso y profundo en el que se abrieron los corazones y dejaron fluir sus sentimientos y dudas, a los que Marcia supo poner claridad y verdad.

Se puede caer en el juicio muy fácilmente y tener una actitud farisaica con los que caen, porque muchas veces los juicios salen de las propias culpas y estructuras, por lo que siempre es importante reconocer y reflexionar sobre cuánta misericordia hay en tu alma para con el otro y qué quiere el Señor de ti y también de esa otra alma.

 

Camina a nuestro ritmo

No se puede vivir desde el perfeccionismo ni descartar a las personas cuando hacen cosas equivocadas, el Señor está con nosotros, va por nuestro camino y nos levanta las veces que sean necesarias, porque nos deja libres para caminar a nuestro tiempo y a nuestro ritmo, sin presionar ni juzgar sino esperando en el gran amor que nos tiene.

Cuando el alma se acostumbra a ver a Dios en todo, te darás cuenta y reconocerás que es voluntad de Dios lo que acontece, porque el fruto es bueno, dijo Marcia ante la inquietud de un asistente que creía que se endosaba a Dios como suyo lo que era voluntad humana.

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En primer plano los asistentes de Australia. Detrás Marcia, el padre Milton y Juan Arturo en un momento en que todos sonríen. 

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