Celebración del Triduo Pascual
Jueves Santo
Jueves, 14 de abril de 2022.
Luego de cuarenta días de reflexión, abrazando nuestra cruz y de cara ante Jesús, los miembros de la Obra de la Unidad dispusimos nuestros corazones para seguir sus pasos; para acompañarlo en su pasión, muerte y Resurrección; dejándonos transformar por su amor, y recibiendo con inmensa alegría a María Santísima como nuestra amada Madre.
La Sagrada Comunión puede ser recibida en la boca
Agradecidos y llenos de emoción con la bella noticia de que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana dio autorización para que, desde este Jueves Santo, los fieles podamos recibir nuevamente la Sagrada Comunión en la boca, iniciamos con devoción el camino de la Semana Santa.
La Última Cena, la institución de la Eucaristía y la Orden Sacerdotal
Cuánta bendición fue poder reunirnos nuevamente en nuestra Capilla «María, Madre y Reina de la Unidad» y encontrarnos con todos los signos de esta celebración.
Busquemos el servicio del Señor
Profunda fue la homilía del padre Milton, quien nos mencionó que a Jesús le gusta ser llamado “Hijo del Hombre”, puesto que Él se pone a nuestro servicio. Pensemos que, en el lavatorio de los pies, que más que un rito es un momento de oración, un encuentro con el Señor, Él es quien viene a lavarnos, sanarnos y perdonarnos.
Un diálogo de amor y verdad
El padre dijo que es bueno que nos preguntemos ¿qué relación tenemos con la Sagrada Eucaristía?, ¿qué tan importante es para nosotros? Y que contemplemos como los ángeles pasan en adoración en el cielo, sabiendo que la Eucaristía es la presencia viva de Cristo, que es real, que es un milagro. No podemos vivir sin Jesús en nuestro corazón; por esto, debemos verdaderamente amar la Eucaristía.
El sacerdocio tiene poder
El padre Milton enfatizó en la importancia de cuidar el sacerdocio y valorarlo. Mencionó que, ante la sola presencia del sacerdote, el demonio no puede estar presente. Pidió que no olvidemos que es una tradición y es parte del poder de la Iglesia. Para instituir el sacerdocio, Jesús impuso las manos a los apóstoles y, en adelante, los apóstoles a otros obispos y así, sucesivamente, hasta nuestros días.
Además, recalcó que hemos tenido dos sacerdotes que dieron su vida por la Obra de la Unidad, el padre Alberto y el padre Juan, y que no podemos vivir sin la historia de nuestra Obra.