Charla Magistral del Centro para la familia en crisis «Resurgere»
Comunicación conyugal y sexualidad
Jueves 25 de agosto de 2022
El pasado jueves, 25 de agosto, los miembros de la Obra de la Unidad fuimos especialmente invitados a la charla magistral “Comunicación Conyugal y Sexualidad” que el centro “Resurgere” ofreció al público en general, y que estuvo a cargo de los terapeutas Juan Arturo Crespo y Liesel Mahnke.
Cerca de ochenta personas recibimos, vía Zoom y/o presencialmente, una conferencia muy importante, de mucha enseñanza, como parte de la formación que recibimos para la Obra de la Unidad, en la que buscamos defender y proteger a la familia y sus valores cristianos.
Para abordar el tema de lleno, Liesel preguntó sobre qué creíamos que era lo más importante en la relación de pareja. Las respuestas fueron muy variadas. Liesel afirmó que lo más importante es la ternura, y agregó que debe ser expresada con delicadeza.
Co-creación
Igual de importante y trascendente en la relación de pareja es el que cada uno se conozca a sí mismo. Cada uno es un individuo, diferente del otro, y entre los dos se crea un nuevo mundo, se produce una “co-creación” que los hace y vuelve uno, con la premisa de hacer feliz al otro mientras crecen juntos, añadió Liesel.
Características del amor puro
Por su parte, Juan Arturo se refirió a la Carta de San Pablo a los Corintios 13, 4-8, y nos condujo a “desmenuzar” cada frase: el amor es paciente, soporta a la pareja en la medida del amor. No tiene celos nacidos de la inseguridad ni del “yo”. No es envidioso, ni jactancioso, ni se infla; no actúa con bajeza ni por propio interés. No se comporta con rudeza, no se enoja fácilmente, no es egoísta, no guarda rencor; no busca revancha ni tiene malos sentimientos. El amor no se deleita en la maldad; no le gusta la injusticia. Se regocija con la verdad; no busca su propia justicia. Todo lo disculpa; perdona a pesar de todo. Todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta; porque es Dios en quien confía y todo se vuelve llevadero.
Sexualidad
Juan Arturo y Liesel nos condujeron a reconocer la sexualidad como la donación de cada uno a la pareja, y no como la genitalidad que llama a vivir por momentos y solo por satisfacción física.
Dios nos quiere felices
En el amor, existe un orden dado por Dios, un proceso y un camino que nos llevan a la plenitud verdadera. La sexualidad es un llamado del Señor a ser felices y a alcanzar esa plenitud con ese amado que está a lado, entrelazando el alma en cada encuentro sexual.
Rayá, Ahavá y Dod
Nos compartieron, también, que en el Antiguo Testamento se llama con términos hebreos y se define a las tres llamas o etapas del amor.
El Rayá es la amistad, el compañerismo y la complicidad en las que el amor va creciendo, contiene y abarca al otro.
El Ahavá es la etapa en la que el amor es intenso, profundo, la pareja se consolida, aprende a amar y a darse al otro con sus imperfecciones, llegando del compromiso al matrimonio.
Dod es el encuentro físico en el que dos almas se vuelven una, y juntas disfrutan de un mismo estado espiritual. Un acto que se da y perdura en el tiempo porque es donde se acoge al ser entero en los brazos del otro.