Frutos y Testimonios 

• “Desde el primer momento del retiro, aprendí a no estar pendiente de mí, sino del otro. En pocas palabras: Me desbarato. Sí, desbarató por completo lo que, en mi mente, venía “dispuesta a vivir”. Cuando únicamente era necesario llevar mi corazón, mi vida entera al Señor para preguntarle: ¿Qué debo para hacer para ser fiel a tu Sagrado Corazón, mi amado Crucificado? Esta experiencia me ha marcado porque al ser de Jesús, no puedo egoístamente quedarme amando solo lo que a mí me interesa, sino es un paso de amor en el que, amando al otro, amo al Señor, lo hago feliz, y ahí, Él se consuela.”, emocionada, mencionó la hermana Naty.

• “Amados hermanos, qué bendición haber vivido con ustedes este retiro. Tengo el corazón sobrecogido por lo que hemos experimentado: días de gloria e intimidad con nuestro Amado Maestro y la dulce Reina. Estoy segura de que además estuvimos rodeados por muchos ángeles, con San Gabriel a la cabeza. Milagro tras milagro. Regalo del Padre Eterno. Cuánta gratitud y anonadamiento frente al Amor de los Amores. Que Él nos dé el don de la fidelidad a su Sagrado Corazón y nos mantenga unidos por su ternura. Gracias, padre Milton, Juan, Liesel, Mafe, hermano David por cuidar nuestros corazones con tanta delicadeza, con tantos detalles maravillosos, con tanto amor.”, compartió con alegría Susi.

• “Gracias a todos los organizadores de este retiro por el amor y entrega que pusieron. La verdad, ¡ha sobrepasado mis expectativas! Gracias también a todos los hermanos que asistieron. Fue un gran placer haber compartido con ustedes. Les mando un fuerte abrazo y espero nos veamos pronto. Dios los bendiga.”, palabras de Esteban quien vino con su esposa, desde Guayaquil.

• “Gracias a todo el equipo por estos días de gran bendición, por el amor y la donación de sus vidas para nuestras almas. Que el Señor nos ayude a fructificar lo sentido y lo aprendido.”, palabras de nuestra hermana Kattia quien asistió al retiro con su esposo Diego.

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