Los pasos de Jesús: su amor, pasión y redención
Momento durante la celebración, previo el lavatorio de los pies

Semana mayor
17 al 20 de abril de 2025
Jueves santo
Institución de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal
“También nosotros, sacerdotes, tenemos una historia: al renovar el Jueves Santo las promesas de la Ordenación, confesamos que solo podemos leer esa historia desde Jesús de Nazaret. «Él nos amó y nos purificó de nuestros pecados, por medio de su sangre» (Ap 1,5), Él abre también el libro de nuestra vida y nos enseña a encontrar los pasajes que nos revelan su sentido y misión. Cuando dejamos que sea Él quien nos instruya, nuestro ministerio se convierte en un ministerio de esperanza, porque en cada una de nuestras historias Dios inaugura un jubileo, es decir, un tiempo y un oasis de gracia. Preguntémonos: ¿estoy aprendiendo a leer mi vida? ¿Acaso tengo miedo de hacerlo?” Parte de la homilía del Santo Padre Francisco y leída por el cardenal Doménico Calcagno, Basílica de San Pedro.
Lavatorio de los pies
En un signo de amor y humildad, el padre Milton durante el lavatorio de los pies

El padre Milton realizó el lavatorio de los pies a doce miembros de la Obra de la Unidad, recordando el acto de amor, de humildad, compasión y servicio realizado por el Jesús a sus apóstoles y, durante su homilía nos contó, a los cien asistentes, que durante la Misa Crismal celebrada en la mañana por el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo Espinosa, SJ, el diácono David fue elegido para portar la crismera que contenía el Santo Crisma, que servirá para ungirlo en su próxima Ordenación Sacerdotal.
El jueves Santo, se vacía y despoja el Altar, simbolizando la partida del Señor al monte de los Olivos

Aprendiendo a caminar como Simón, encontrándonos con el Amor
Entre llovizna y sol, hicimos un recorrido profundo de amor por cada una de las 15 estaciones del Viacrucis. Meditamos junto a Javier, el camino de Pasión y Cruz de nuestro Señor. Nuestro amado Juan, entregando su vida y amor desde su realidad de dolor por la enfermedad, estuvo muy presente en nuestros corazones.
Fieles de la Obra de la Unidad a los pies de una de las estaciones
Mi corazón debe ser templo de amor, no guarida de ladrones
Alrededor de 90 personas, vivimos una jornada de oración profunda, en la Capilla de la Cruz. Ahí, nos encontrarnos con el rostro del Señor, con la mirada de Aquel que dio su vida por nosotros. Momento contemplativo a los pies de la cruz, donde el padre Milton estremeció nuestros corazones e invitó a que nos atrevamos a dejar que la mirada de Cristo Crucificado nos penetre, que miremos su Misericordia. “El Señor nos quiere cerca”, concluyó. El cielo negro y estrellado acompañó nuestra salida.
Sábado santo
Imagen de la Virgen María en la Gruta de la Gracia de Dios
Soledad de María
Acompañar a nuestra bendita Madre María en su soledad, fue silenciarnos del mundo, para abrir nuestros corazones y volvernos uno con Ella en su espera. Orar el Santo Rosario guiado por Danilo, acompañado de dulces cantos, en medio de la Gruta de la Gracia de Dios, fue mirar a nuestra Madre en su confianza y esperanza puesta en Dios.
Vigilia Pascual
El padre Milton encendiendo el Cirio Pascual, acompañado de Monaguillos y fieles a las afueras de la Capilla de la Unidad

La Resurrección del Señor brilla en el mundo entero, Él ha vencido la muerte
La Capilla de la Madre de la Unidad, que estaba a oscuras y en silencio, resplandeció después de que el padre Milton, encendió el Cirio Pascual, con fuego nuevo, representando la luz de Cristo que disipa las tinieblas. En su homilía, nos invitó permanecer conectados con el Corazón del Señor, tener actos de amor y esperanza y sostenernos de la certeza y fe de la Mamita, para así poder resucitar y hablar de Jesús vivo en medio nuestro.
¡Jesucristo ha resucitado, en verdad resucitó!
Ofrendas cargadas de amor a los pies del Altar

¿Es que habrá día más feliz para la Humanidad que ése en que el Hijo de Dios resucitó de entre los muertos y con ello hizo que nuestra fe sea cierta? Más de ciento veinte fieles nos dimos cita en la Capilla de nuestra Madre y Reina de la Unidad, para vivir y compartir la felicidad de un nuevo comienzo.
“No podemos quedarnos inmóviles, debemos buscarlo y por eso debemos ponernos en movimiento, salir a buscarlo en la vida, en el rostro de los hermanos, buscarlo en lo cotidiano, en todas partes menos en el sepulcro. Jesús está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor de cada uno de nosotros”. Parte de la Homilía durante la celebración presidida por el delegado del Santo Padre, Cardenal Angelo Comastri.
Contigo Señor todo es nuevo, todo comienza de nuevo.
