Gracias a Jesucristo renaceremos de las cenizas del pecado
El padre Milton poniendo la ceniza durante la celebración de la Santa Misa

Santa Misa e Imposición de la Ceniza

14 de febrero de 2024

 

Gracias a Jesucristo renaceremos de las cenizas del pecado a una vida nueva 

“Como miembros de la Obra estamos llamados a buscar el rostro de Jesús Crucificado, a ser fieles a su mirada de infinito Amor y Misericordia. Para esto, durante cuarenta días, vamos a esforzarnos por mermar nuestro yo y tener más de Jesús en cada uno, aun cuando esto implique morir a deseos propios y forjar nuestra voluntad en la renuncia”, fue parte de la invitación que hiciera el padre Milton para participar en la celebración de la Santa Misa y recibir la ceniza. 

La hermosa Capilla de María, Madre y Reina de la Unidad estuvo, en su mayoría, llena de miembros de la Obra de la Unidad, así como de vecinos que con toda devoción participaron de la Santa Eucaristía con la que se inició la Cuaresma.  

Interior de la Capilla “María, Madre y Reina de la Unidad”

Cuando des limosna, cuando reces, cuando ayunes, ten cuidado de hacerloen lo secreto. 

Después de las lecturas correspondientes a ese día, el padre Milton nos exhortó a vivir la verdadera Cuaresma haciendo el bien por amor al Padre celestial, procurando permanecer en lo “secreto”, donde Él nos ve y ama; y a reflexionar siempre sobre si lo que hacemos por los demás es hecho para bien de nuestra alma y no para ganar el aprecio y reconocimiento de la gente. 

Conviértete y cree en el evangelio

Para terminar su homilía, el padre Milton hizo mención a lo dicho por el Papa Francisco en la Audiencia General de ese día y, tomando sus palabras, nos habló de la acedia, como “un vicio y una tentación muy peligrosa, que nos lleva a ver todo gris, monótono, aburrido. Puede inducirnos a abandonar el buen camino que habíamos emprendido, y llevarnos incluso a perder el sentido de la propia existencia. La acedia ha sido definida como “el demonio del mediodía”, por eso, cuando una persona se encuentra bajo su yugo, es necesario que persevere en la presencia de Dios y acoja las situaciones difíciles tal como se presentan “aquí y ahora”. En esos momentos oscuros, que incluso los santos han experimentado, es preciso ser pacientes, aceptar nuestra pobreza y confiar siempre en Jesús, que nunca nos abandona”. 

 

Al finalizar la Santa Misa, nos propuso que la Fiesta de Pascua nos encuentre con cambios profundos y verdaderos en el alma. 

 

 

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