Espiritualidad

Crecimiento a través de la comunidad

El centro de la espiritualidad de la Unidad y el Amor está expresado, enteramente, en el capítulo 17 del Evangelio de San Juan. Te pido que todos sean uno, Padre; lo mismo que tú estás en mí y yo en ti que también ellos estén unidos a nosotros; de este modo el mundo podrá creer que tú me has enviado. Yo les he dado a ellos la gloria que tú me diste a mí, de tal manera que puedan ser uno, como lo somos nosotros. Yo en ellos y tú en mí para que lleguen a la unión perfecta” (Jn 17, 21-23).

Sin embargo, esta espiritualidad, también entraña varios misterios fundamentales del cristianismo: la unión de las tres Divinas Personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en una única naturaleza divina, la unión de la naturaleza divina y humana en la Encarnación del Verbo Divino, y la unión perfecta del alma con Dios a través de la Gracia. La Espiritualidad de la Obra de la Unidad lleva a un compromiso personal con Dios, en un verdadero camino de santidad. Por el contrario, sed santos en todo vuestro proceder como es santo el que os ha llamado, pues está escrito: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pe 1, 15-16).

La didáctica divina ha querido que esta búsqueda de santidad empiece, primeramente, con la reestructuración del propio interior. En la unificación de las potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad; para de allí proyectar los frutos de la santidad a esferas sociales cada vez mayores como: la familia, la comunidad local, la Iglesia Católica y todas las otras legítimas iglesias y finalmente, el mundo entero.

Unidad Interior

La vida interior, es la experiencia diaria de
Dios por medio de la oración profunda, de
una asidua práctica sacramental y de una
actitud contemplativa en la vida ordinaria.
Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma y
con todas tus fuerzas” (Dt 6, 5).
La fe católica explica que el propósito
y destino último de las almas es su
unión íntima con Dios a través de la
gracia. Esta doctrina cristiana tiene
en la Espiritualidad de la Obra de la
Unidad una identidad propia
denominada: Unidad Interior.
Estoy crucificado con Cristo, y ya
no vivo yo, sino que es Cristo
quien vive en mí” (Gal 2, 20).

Unidad en la Familia

El sacramento del matrimonio expresa la
unidad absoluta del varón y la mujer con
una misma dignidad y una vocación
fundamental al amor. En esta comunión de
los padres, Dios sigue realizando su obra
creadora dando origen a la familia, primera
comunidad de vida y de amor. Los hijos se
nutren del amor de sus padres y necesitan
encontrar en ellos la unidad en la fe y en la
verdad para ir, firmemente, orientados por la
vida. El individuo que está en camino de una
verdadera unidad interior llega a convertirse
en un motor de cambio, pues su vida
produce frutos abundantes que empiezan
a despuntar hacia otro tipo de espacios
como la familia, de una manera,
ordinariamente, extraordinaria.

Unidad de la Iglesia Católica

La familia unida y unificadora es fermento
para lograr la unidad de la Iglesia Católica.
Una familia renovada, puede y debe reavivar
todo el grupo social en el que se encuentra
inmersa, provocando que su testimonio
alimente y nutra a la Iglesia misma,
manteniendo su fidelidad a la tradición y la
fe. La unidad en la familia y en la iglesia es la
vida comunitaria integrada, es la
fraternización de las unidades sociales
(familia, comunidad, iglesia), para que el
del amor y la fidelidad transforme estos
núcleos en auténticas comunidades cristianas.

Unidad entre las Iglesias

Una iglesia cuyos miembros están
en verdadero camino de unidad
interior, con una unidad
consistente en la jerarquía, en
los sacerdotes, religiosos y
seglares comprometidos; llegará
a convertirse en aquella de las
primeras comunidades cristianas
encarnando, enteramente, a
Cristo y haciendo viable y
posible la unidad entre las Iglesias
en una sola Iglesia bajo un
solo pastor.

Nuestra Esencia

Obra Maria, Madre y Reina de la Unidad