SOMOS ESCOGIDOS
En los tres primeros temas meditaremos y nos preguntaremos sobre nuestra elección personal; sobre la fe que tenemos en un Dios que no solamente existe, sino que en su deseo estuvo primero para formarnos por amor y luego escogernos con una finalidad.
Dice el libro del Deuteronomio: «Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios; él te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra» (Deut. 7,6).
En este versículo notamos cómo desde el Antiguo Testamento el Señor es un Dios que escoge personalmente; somos escogidos de «entre todos los pueblos», a todos nos escoge primero para amarnos. Dios nos trata como si no existiera otra persona y nos atiende como si no tuviera otra finalidad. Como dice el Papa Francisco «Dios nos ama, no sabe hacer otra cosa».
Como la mamá que a todos los hijos los hace sentir que es el único o la única a pesar de tener muchos hijos, porque sabe el nombre de cada uno, la preocupación de cada uno, los gustos, los deseos, conoce aquello que nos entristece, y el temperamento y la forma de ser, así como los defectos individuales; y a cada quien le da un amor especial según lo que necesite para crecer y salir adelante.
Padre Milton Danilo Paredes
Superior de la Fraternidad Sacerdotal del
“Santo Sacrificio y María, Madre y Reina de la Unidad”
Preguntémonos:
- ¿Cuáles son los momentos de amor con los cuales Dios me hizo sentir amado? (Recuérdalo en detalle).
- ¿Atesoro en mi corazón y en mi mente lo bueno que Dios me ha dado en mi vida como signo de ser amado por Él?
- ¿Me siento personalmente escogido y amado? o cada vez que se habla de SER ESCOGIDO o de SENTIRSE LLAMADO a una misión pienso que, ¿eso es solo para otra persona o alguien «más escogido» o «más entregado» que yo?
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