Meditaciones Diarias Cuaresma 2020: Día 23

Meditaciones Diarias Cuaresma 2020:  Día 23

EL AMOR NO SE MIDE, SINO ESTÁ PARA SER DADO

La meditación del día de hoy nos habla sobre cuál es la medida del amor.

Cuántas veces en mi experiencia de Sacerdote se me ha acercado alguien y me dice: “¿Padre hasta cuando tengo que amar a esta persona, cual es el límite?” A esa pregunta la respuesta la tiene la palabra de Dios cuando nos dice el Señor: “Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán?” (Mt5, 46). En esta respuesta vemos que el amor de Dios es un amor que busca siempre el amar sin un límite, el amar hasta dar la vida.

Es cierto que dentro de nuestra lógica esto no existe pues tenemos ya un concepto de justicia humana que es el que nos hace pensar que si damos sin límite es como si estuviéramos siendo injustos con nosotros mismos.

Otra frase de la palabra de Dios que nos lleva a pensar que el amor no tiene condiciones, es la frase del perdón, pues el perdón es parte esencial del amor, tanto el amor como el perdón son regalos que la persona que los recibe no se merece, pues si los mereciera sería una recompensa o un pago; y por ello Jesús le dice a Pedro “no te mando a que perdones siete veces si no 70 veces siete “. En la biblia la palabra, “siete” significa “siempre” por eso Dios lo que le decía a Pedro al decir “70 veces 7” es que debe perdonar “siempre, siempre, siempre” lo cual nos habla de la apertura al amor sin límite que Dios nos muestra.

Estas reflexiones están hechas para que entendamos que el amor en Dios es algo que no está en nuestro entendimiento o en nuestra lógica, ni siquiera en nuestra naturaleza, porque el amor verdadero nos lleva a dar la vida y siempre va a sacarnos del límite en donde nos hemos puesto y que consideramos “normal”.

Por eso alguna vez un profesor me decía que más difícil que convertirse de corazón es que el cerebro se convierta, es decir, la razón, pues muchas veces, aunque seamos muy católicos y nos guste ir a Misa, nos parece exagerado perdonar a todos los que nos han hecho daño o continuar amando a gente que consideramos que ya hemos amado mucho o que ya es suficiente amar hasta tal o cual punto.

En este día estamos llamados a aceptar y a recibir de Dios su amor incondicional, a dejarnos transformar por su misericordia y a abrir también el corazón a un diferente tipo de amor.

Porque también es cierto que para amar de esta manera tenemos que haber sentido primero que Dios es capaz de perdonar cualquier pecado que hayamos cometido “con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar…” (Papa Francisco) y que Dios nos ama aún en todos los defectos y pecados que tenemos aunque a nosotros nos parezcan detestables “Nunca te canses de pedir perdón pues Dios nunca se cansa de perdonar” (Papa Francisco).

Padre Milton Danilo Paredes
Superior de la Fraternidad Sacerdotal del
“Santo Sacrificio y María, Madre y Reina de la Unidad”


Preguntémonos:

  • En mi vida, ¿Tengo a alguien a quien yo me haya cuestionado hasta donde tengo que amar o que yo sienta que le he dado “mucho” o “demasiado”?

Compromiso

Le pediré al Señor la fuerza
y pondré voluntad
para amar a alguien,
no desde mi límite humano
si no desde el
corazón de Dios,
hasta llegar a dar la vida.

Oración

No olvidemos que estamos en un mes de oración,
dedicado al Rosario.
En este día pidamos con todas las fuerzas
en nuestro Rosario personal,
a nuestra Madre, poder amar como ella,
esa gracia de poder amar verdaderamente
sin límites humanos.

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