PARA SERVIR HAY QUE SER HUMILDES
Cuando se nos dice que “para servir debemos ser humildes”, la humildad se nos pone como elemento esencial de nuestra vida en Dios pues siempre se ha hablado de que la humildad es la base de todas las virtudes, entre ellas, el servicio.
Si pensamos en la humildad, desde la manera en la cual se nos ha enseñado en la Obra: «humildad es verdad”, es decir, la humildad es la verdad de mis actos, de mis pensamientos, de mis acciones. Para ser humilde debo reconocer donde estoy parado verdaderamente y cuales son verdaderamente mis motivaciones para servir.
Porque puedo ser una persona muy servicial, pero en el fondo de mi corazón hacerlo para ser reconocido. Cuántas veces se escucha gente decir: “yo hice esto por tal o cual persona, pero dejé de hacerlo porque no me decían ni gracias” o “yo me esforcé mucho por hacer tal cosa, pero nadie reconoce mi trabajo”. Son frases comunes que escuchamos y parecen bastante lógicas, pero reflejan que hay una motivación escondida detrás de nuestro servicio. Es decir, que el servicio no es un acto puro de amor.
Por eso la humildad (no como una especie de virtud mística) sino como el conocernos a nosotros mismos es tan esencial. Empezar el servicio a los demás sabiendo cuales son nuestras propias falencias o carencias y aprender a mirarnos cuando tenemos motivaciones ocultas como querer brillar, buscar agradecimiento, reconocimiento o aceptación puede hacer que nuestro corazón incluso viva una alegría mayor en el servicio al sentir que no vivimos en el servicialismo sino en el amor.
La humildad en el servicio al mismo tiempo nos evitará caer en el sin sentido del activismo, que simplemente es una repetición de acciones, pero sin poner el corazón, sin conocernos a nosotros mismos ni conocer a quien recibe nuestro servicio; como nos decía nuestro Amado Padre Alberto “haz que busque la santidad que no consiste en el activismo, fiebre que nace del egoísmo sino en el puro Amor”.
Padre Milton Danilo Paredes
Superior de la Fraternidad Sacerdotal del
“Santo Sacrificio y María, Madre y Reina de la Unidad”
Preguntémonos:
- ¿Cuál es la motivación que me lleva a servir a los demás?
- ¿Siento que me desmotivo en mi actitud de servicio cuando la gente no me da las gracias o no me reconoce en lo que hago?
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