Queridos hermanos,
En este día la liturgia, el evangelio, nos habla de ese momento especial donde Jesús se encuentra con sus apóstoles luego de la resurrección. Y muchas cosas se pueden desprender de este encuentro que tiene Jesús con los apóstoles. Hoy especialmente se nos mueve y se nos invita a creer en la Divina Misericordia de Dios. ¿Por qué la Divina Misericordia de Dios?
Quienes tengan la gracia de tener el cuadro de Sor Faustina Kowalska. El Señor Jesús muestra Su corazón y de Su corazón salen dos rayos. Uno blanco que representa a Dios justificando a los hombres y uno rojo que es la vida de los hombres, que es la sangre de Cristo. El blanco representa el agua, el rojo la sangre. La herida del costado que tan famosa se ha hecho, es porque sale sangre y agua. Representa estas dos cosas que están reveladas a Santa Faustina. Una cosa que Jesús le dice a esta santa, cuando ella tiene que propagar la devoción a Jesús de la Misericordia. Una de las cosas, de las metas de esta revelación es que el Señor no quiere que los hombres desconfíen de su misericordia, sino que se acerquen a Él con confianza y que no tengan miedo. Estamos en tiempo de misericordia, después vendrá el tiempo de la justicia, dice la palabra de Dios que mientras estemos vivos es tiempo de misericordia. Cuando muramos es tiempo del juicio, y entonces viene el tiempo de la justicia. Pero estos tiempos son tiempos de misericordia.
Me he puesto a pensar mucho en lo que significa que Dios quiera mostrarnos algo nuevo como humanidad. Ahora mismo yo creo que estamos viviendo tiempo de misericordia, este tiempo de pandemia es tiempo de misericordia. Porque queramos o no, nos ha hecho descubrir cosas por la misericordia de Dios. Cosas que no hubiéramos podido descubrir de otra manera. ¿Qué es lo que el hombre no ha descubierto durante tanto tiempo?
Cuando yo empecé a estudiar en la Alianza Francesa, me acuerdo de que una de las cosas que me daban como parte de los estudios, fue una materia llamada espíritu crítico. Me llamó la atención que, en el pensum del pensamiento francés, haya una materia que sea muy importante para que una persona evolucione, por así decir, como ser humano. Me enteré de que la dan en casi todos los cursos de la educación para la gente de Francia, que se llama espíritu crítico. Empiezo hablando de esto, porque cuando estaba en el colegio recuerdo que me dieron un librito que se llamaba, “El discurso del método” de René Descartes. Cuando uno dice en español René Descartes, y en este librito te dicen que una cosa muy importante para que alguien evolucione como persona, es que esa persona desconfíe de todo aquello que no sea comprobable por la razón, que no sea razonable, todo aquello que no sea demostrable.
La misma persona, yo me acuerdo cuando leí este librito, el mismo autor René Descartes te dice: pues que él mismo había desechado de todo aquello que significara conocimiento cierto, lo que no fuera comprobable por sus ojos, por su pensamiento, por sus sentidos.
Bueno está época que se llama la ilustración, es lo que nace en Francia. Y desde hace un par de siglos nos ha venido marcando el paso a toda la humanidad. ¿Qué dice en pocas palabras está teoría? Dice que aquello que como seres humanos entendemos con el conocimiento eso es verdadero. Y si es que no es comprobable, no es racionalizable; significaría entonces que no es real. La famosa frase: pienso y luego existo, viene de ese tipo de pensamiento que es ideológico. Pero algo que tuve que entender en aquel tiempo, es que también estas ideologías que se van sembrando en la mente del ser humano, pueden ser ideologías que nos alejen de lo que realmente somos. Hay algunos santos que han dicho que es más poderosa una idea que un ejército. Nosotros tenemos la famosa frase de nuestros libertadores, aquella frase famosa: “mi pluma lo mató”. Aquella persona que confesó que por sus escritos había sido asesinado un presidente. ¿Qué significa eso? Que nosotros a través de ideas podemos influir tanto en el pensamiento de los demás, que podemos llevarlos a cometer actos, que incluso al principio pueden parecer contrarios a la naturaleza de la persona.
¿Cuál es el influjo de este tiempo de ilustración, que nos nace de Francia, de la revolución francesa, y de esos tiempos donde nace la ilustración? ¿Cuál es el gran influjo?
El primero, que esta filosofía que empezó adoptar la humanidad, que solo lo que yo razono es real, que solo lo que es comprobable por mi razón es real; deja de lado un sin número de cosas. Porque si nosotros entramos dentro de esto que se llama racionalismo, significaría que nosotros también estamos diciendo que hay otras cosas que no son tan importantes, por ejemplo. ¿Cómo puedes comprobar que alguien te ama? No es comprobable, de hecho, no es racional. ¿Cómo puedes comprobar la ternura? No es algo comprobable. Sin embargo, nosotros tenemos la certeza de que nuestra madre nos ama. Si nos metemos en esta ideología, que ya nos hemos metido bastante, y una cosa que mucha gente no necesariamente le gusta creer es que la ilustración, el tiempo de la ilustración hay teorías que afirman que fue iniciada por un grupo que se llama la masonería. La masonería fue excomulgada de la iglesia, por ser un grupo que siempre buscaba captar el poder; y al querer captar el poder necesitaba ideologías para ir ganando poder.
La ideología de la ilustración hizo que la gente comience a volverse anticatólica, anti creyente. ¿Por qué? Porque si te dicen que tú eres una persona racionalista, y que todo lo basas en la razón, entonces, eres una persona cultivada, inteligente, progresista.
Entonces ¿en qué se convierte la persona creyente, que confía en Dios, que va a la Misa? Se convierte en una persona tonta. Nosotros no nos damos cuenta de que hemos caído en este engaño. Muchas veces hasta los mismos católicos vivimos diciendo: a mí me gusta este grupo porque es progresista. Uno averigua un poco más de qué se trata el grupo progresista, y es un grupo que no tiene fe. A mi no me agrada cuando alguien divide la iglesia en dos sectores y dice: la iglesia progresista y la iglesia tradicional. Porque incluso ni siquiera a nivel político me agrada, cuando alguien te dice ese partido es progresista. Pues, ¿Qué significa que tú le das a alguien el nombre de progresista? Significa que a todo lo que no es de ese partido le estas diciendo: que es retrógrado, es anciano, que es anticuado.
Fíjense nosotros también, los jóvenes cuando van a la universidad les gusta mucho pensar que podemos criticar algo. Cuando decimos que un joven es inmaduro, porque no critica nada y de pronto cuando entras a la universidad y criticas mucho, criticas el desarrollo de las instituciones, de los pensamientos, de las filosofías. A veces nosotros criticamos y pensamos que al criticar somos inteligentes. El pequeño problema es que estas filosofías fueron creadas para acabar con la Fe, fueron creadas para acabar con el cristianismo, fueron creadas para acabar con todo aquello que no sea racionalista, es decir, que no tenga como centro la razón. Por eso es que en este tiempo mucha gente agarra la biblia y se creen más inteligente porque dicen: ah esto no ha sido comprobado por nadie, esto ¿Dónde está comprobado? Hay gente, incluso curas que, para hablar de la palabra de Dios, se van a History Channel, a ver si lo que pasó con el arca de Noé está comprobado científicamente.
Nosotros mismos hemos convertido del racionalismo, una especie de seguridad. Donde cuando alguien nos dice yo te quiero mucho. Nosotros decimos, empezamos a racionalizar y a ver si tenemos algún argumento para no creerle. Insisto mucho en esto, porque a menudo me encuentro con gente que dice, yo sé que Dios me ama, pero no sé por qué no termino de creerle. Se nos ha convertido el racionalismo en una gran dificultad a nivel humano. Nosotros ahora como sociedad, somos una sociedad que vive la filosofía de la desconfianza. Cuando alguien nos dice te quiero mucho, como digo, bueno la cosa seria que tú vayas viendo si esa persona te quiere. Hay gente que de plano rechaza que le puedas querer desinteresadamente. Hay gente que de plano rechaza la confianza. Y cuando tú ves la palabra de Dios, Jesús dice: dichosos los que creen sin haber visto. El Señor no está diciendo dichoso el que comprueba, y comprobando cree. Dice: dichoso el que cree sin haber visto.
Nosotros nos perdemos de muchas cosas hermosas en la vida, porque también estamos metidos en esta filosofía racionalista que inició hace dos siglos, manejada por un grupo que tomó el poder, un grupo que da mucho poder a lo intelectual, que es el grupo de la francmasonería. Ahora se nos dificulta mucho pensar que el amor que tenemos de los demás nos viene de Dios. Lo tenemos es algo real, es algo palpable. Se nos dificulta mucho creer que todo ha sido creado de Dios, la creación vino de Dios. Y lo peor de todo es que a veces sentimos que somos más inteligentes que los demás.
Hoy en día hay muchas personas que piensan que por ser ateos son más inteligentes. Pero verdaderamente es algo muy injusto. Porque lo único que hace un ateo es negar algo que no ve. Y en este tiempo uno dice y ¿Dónde esta el coronavirus? ¿Quién lo ha visto?
Pues si no crees en lo que no ves, anda y sal a la calle y contágiate. Pues mucha gente con el coronavirus que no puede ver tiene miedo. Y hasta los ateos tienen miedo. Esa es una gran falta que nosotros tenemos, pensar que aquello que no vemos es falso, y eso también es una manera de no ser inteligente. De hecho, los creyentes más importantes que hemos tenido, Einstein era una persona profundamente creyente decía: como negar que aquello que es tan perfecto, aquello que tiene un sistema inteligente detrás, que es la creación, el universo en sí mismo, como puedo negar que detrás de eso hay algo inteligente que lo creó. Si acaso que de la nada puede salir un sistema totalmente inteligente como es el universo en sí mismo, que tiene una armonía perfecta. Entonces es más lógico que aquello que no ves, si razonas, verdaderamente verás detrás de eso la mano de Dios. Es más racional que decir que detrás de todo eso que es un sistema inteligente, no existe nada.
Pongámonos a pensar hasta qué punto nosotros mismos hemos sido allanados por ese pensamiento. Cuando vas a la Misa, cuando lees la Palabra de Dios, esa Palabra de Dios tiene que ser una Palabra de vida.
Se dice que un día se encontró Jesús con el diablo, eso está en el evangelio, justo después de los 40 días en el desierto, Jesús se encuentra con el diablo. El diablo se sabe de memoria las sagradas escrituras. Hay gente que piensa que por memorizarse la biblia ya está cerca de Dios y hay que decirle oye el diablo sabe de memoria las escrituras. Pero hay una diferencia entre el diablo y Jesús, que para el diablo las escrituras son un elemento de estudio, en cambio para Jesús las escrituras son Palabra de vida. El Papa Benedicto XVI habló de eso y dijo que el demonio tiene un doctorado en la mejor universidad de teología. Pero Jesús es aquel que convierte la Palabra en Palabra de vida.
Yo te pregunto si tu vida ha cambiado de alguna manera de tanto escuchar la biblia, de tanto escuchar sermones de sacerdotes. Yo te pregunto si tu vida verdaderamente cambia. Si los sermones que da el sacerdote de domingo a domingo te sirven para leer y para decir puedo cambiar en algo.
O si eres de aquellos que después de escuchar un sermón, van a buscar si en algún programa del History Channel o Discovery Channel, o en un periódico, a veces confirmas que verdaderamente existió el arca de Noé, que existieron los 10 mandamientos, donde están las piedras de los 10 mandamientos. Y a veces hay mucha gente que encuentra. ¿Y de qué le sirve? Acaso son diferentes porque verdaderamente han encontrado que el mar rojo se abrió en dos. O porque algunos dicen: bueno está comprobado que dos veces al año el mar rojo hay ciertas áreas que se bajan tanto, que hay donde caminar por ahí.
Bueno estas descubriendo algo que es comprobable con tu inteligencia. Pero el problema no es eso, el problema es ¿Qué vas a hacer con aquello que has comprobado con tu inteligencia? Porque Jesús no dice que está mal que uno viva razonando las cosas, el problema está cuando tú te encuentras con algo que no es razonable, niegues la presencia de Dios. Recién vi un documental sobre las apariciones de la Virgen de Garabandal. No es algo que particularmente me ha llamado la atención este documental, y no había escuchado muchas cosas al respecto. Pero una cosa que, si me llamó la atención, es que en la medida en que ha ido corriendo el siglo, como me decía un sacerdote, en la medida que ha ido transcurriendo el tiempo, cada vez que se aparece Jesús o la Virgen María la gente cree menos.
Cuando se aparece en Fátima, en Lourdes, la gente cree mucho, se convierte, ora, hace penitencia. Y en la medida que ha ido transcurriendo el siglo, nos vamos volviendo más racionalistas. Entonces se aparece la Virgen, ya mucho más cerca de nuestro tiempo, mil novecientos sesenta y algo, y resulta que la gente ya no cree. La Virgen dice voy a hacer un milagro, y hacía milagros, y hacía muchos milagros, y a pesar de los milagros, la gente ya no cree. Nosotros que nos creemos más inteligentes que los demás.
El otro día vino hablar conmigo una niñita, y me dijo que la Virgen le hablaba en sueños. ¿Qué le digo yo? Pues lo que he aprendido, que Dios está en todo lo bueno. Entonces le pregunto y ¿Qué te dijo la Virgen? Dice que me porte bien. Y le digo, pues claro que es la Virgen. No tengo por qué pensar tanto. No tengo por qué darle tantas vueltas al pensamiento de ella, porque todo lo bueno viene de Dios, así de simple.
Si una persona viene y me dice: bendígame porque voy a robarle a alguien. Yo no puedo bendecirle simplemente porque es malo. Y aunque me diga que ha soñado con que el Señor le pidió que yo le dé la bendición para robar, yo le diría no, sabes que tu sueño no viene de Dios. Tan simple, porque lo malo no viene de Dios. No hay por qué darle tantas vueltas a las cosas. A veces la gente tiene miedo de emprender algunos proyectos que sienten en su corazón y son buenos. O, a veces, la gente tiene miedo de ayudar a alguien, porque soñó que estaba ayudando a alguien y de pronto se despierta y necesita la confirmación de que ese sueño vino de Dios, ¡no! Si tienes un sueño de algo bueno, hazlo, porque lo bueno viene de Dios.
Pero no te quedes tanto en ese racionalismo tonto que ha hecho que nosotros verdaderamente le demos culto a la razón. Y no creas que, por criticar tanto, eres más inteligente que los demás. Hoy en día a los jóvenes se nos ha enseñado a criticar. Y la verdad es que, en la crítica, la crítica no lleva al cielo.
Nosotros vamos a encontrar muchas estatuas de gente que ha dado la vida, de mártires, de gente que ha emprendido proyectos por la nación. Pero difícilmente vamos a encontrar una estatua, una imagen, a una persona crítica. Difícilmente, es raro, yo no sé si ustedes conocen a alguna estatua, tal vez alguna imagen en donde pongan este crítico del cine y está ahí un crítico del cine. Pero es bien difícil, la gente que critica, la gente que, no digo únicamente burlarse, nosotros a veces criticamos y nos impedimos de entender con el corazón lo que sucede.
Esto le pasó a Santo Tomas y por eso Jesús le dice: ven, tócame. O sea, si tu racionalismo necesita, pero lo que toques es amor. O sea, no puedes tocar el amor. En realidad, es un poco graciosa esa escena, el arrepentimiento que le da Tomas, no es que él toco, él dudo de quien amaba, y por eso Jesús es quien invita a su amado apóstol Tomas a que toque.
Hoy el día de la misericordia, el Señor nos invita a no dudar de Su misericordia. Acojamos la misericordia de Dios con convicción, acojamos la misericordia de Dios, no nos alejemos de Él. No hay que pensarlo tanto, el Señor es misericordioso. Basta que estés arrepentido de un pecado para que el Señor te perdone. No le des tantas vueltas a la misericordia de Dios. No te demores en pedirle perdón.
Hoy el Señor va a dar indulgencia plenaria a través de la Santa Iglesia Católica. Va a dar indulgencia plenaria a aquellos que pidan perdón a Dios, de corazón desde sus casas, porque no hay como confesarse en estos tiempos. Pide perdón a Dios con todo el corazón en tu casa, en tu cuarto, un arrepentimiento sincero dice el Santo Padre, cuéntale todos tus pecados, los más graves, cuéntale. Haz la comunión espiritual, hacemos las oraciones de aquí y confía que hoy el Señor te perdona.
Que la bendición del Señor nos acompañe, especialmente en este día de la Misericordia de Dios.
Padre Milton Danilo Paredes
Superior de la Fraternidad Sacerdotal del
“Santo Sacrificio y María, Madre y Reina de la Unidad”