Queridos Hermanos:
El 3 de enero, la Iglesia celebra el día del Santísimo Nombre de Jesús y para todos nosotros, no es únicamente un recordatorio, sino es pensar en el poder que tiene el solo hecho de pronunciar la palabra Jesús. En un artículo de Aciprensa se menciona que:
“El Nombre de Jesús, invocado con confianza: Brinda ayuda en las necesidades corporales, según la promesa de Cristo: “En mi nombre agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” dice el Evangelio de Marcos 16, 17-18. En el Nombre de Jesús los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados” dice en los Hechos de los Apóstoles, capítulo 3, versículo 6 y capítulo 9, versículo 34. En el Nombre de Jesús, dieron vida a los muertos dice el libro de Los Hechos de los Apóstoles capítulo 9, versículo 40”.
El pronunciar el Nombre de Jesús “da consuelo en las pruebas espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador “el padre del hijo pródigo” y el buen samaritano; al justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios” dice también el artículo de Aciprensa al que hago mención.
Algo que me parece muy importante de pronunciar el Nombre de Jesús, es que recuerdo que el Padre Juan Abril (†), invocaba como una jaculatoria el Nombre de Jesús, el hacía mucho esto. En el artículo de Aciprensa explica que el Nombre de Jesús “nos protege de Satanás y sus artimañas, ya que el diablo le teme al Nombre de Jesús quien lo ha vencido en la Cruz”.
Yo recuerdo haber leído el libro de un exorcista que explicaba que cuando en un exorcismo se decía el Himno de Filipenses 2, donde dice que: “al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos en la tierra y en los abismos”. Decía este exorcista que él veía al poseso inclinarse, es decir, el demonio tenía que arrodillarse especialmente cuando se pronunciaba el Nombre de Jesús, porque también Dios tiene poder sobre los infiernos y que él así distinguía cuando una persona estaba poseída durante un exorcismo. También dice en la explicación de Aciprensa, que: “En el Nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y en la eternidad pues Cristo dijo: “Lo que pidan al Padre se los dará en mi nombre” (Jn, 16,23)”.
La Iglesia concluye todas sus oraciones con las palabras “Por Cristo Nuestro Señor”, esto es algo que cuando uno pone atención en la misa, casi todas las oraciones dicen la frase “Por Cristo Nuestro Señor”. No es que no se tenga nada que decir y es para cerrar una oración porque no se tiene una frase más, sino que todas las oraciones tienen un poder. Al hacerlas a Dios Padre cuando uno dice “Por Cristo Nuestro Señor”, el Sacerdote está haciendo la oración en Nombre de Cristo y por eso cada oración de la misa tiene un poder especial que yo también he aprendido a darle valor cada vez que digo esto en la Santa Misa.
Para nosotros, el hablar en Nombre de Jesús es muy importante, especialmente porque no somos protagonistas de nuestra conversión ni de nuestra vida. Y se nos ha enseñado en esta espiritualidad, a siempre hablar de aquel que es más importante que nosotros, ya sea una persona que ha hablado eso antes que nosotros, o ya sea el mismo Jesús.
Por esto para mí no es cualquier fecha esta del Santísimo Nombre de Jesús, el 3 de enero. Más que para mí, para la Iglesia no es cualquier fecha. Se quiso dar especialmente un valor a festejar un día en el año, que es el 3 de enero, a este hecho y este poder que tiene el pronunciar el Santísimo Nombre de Jesús.
Por la Gracia y el Poder del Nombre de Jesús es bueno bendecir a los que amamos.
Yo como Sacerdote, les mando la bendición en el Nombre de Jesús, del Santísimo Nombre de Jesús, que este Nombre que tantas cosas significa pero no solamente lo recordamos al repetirlo sino que además invocamos su presencia al pronunciarlo, cubra a cada una de las realidades de todos ustedes y nos proteja en este día especialmente en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Con profundo amor,
Padre Milton Danilo Paredes
Superior de la Fraternidad Sacerdotal del
“Santo Sacrificio y María, Madre y Reina de la Unidad”