¿QUIÉN SE PREFIERE A SÍ MISMO, Y NO SIGUE LAS ENSEÑANZAS DEL MAESTRO?
Para escribir este capítulo, tengo que empezar diciendo que, se me ha hecho difícil a veces cumplir con la voluntad de Dios en algunas cosas en estos días. Luchar contra mí “yo”, que quiere ser protagonista y no alcanza a mirar cuál fue la voluntad de Dios en cosas concretas. En algún punto de la mañana de hoy, me dije: “estoy cansado, no quisiera orar”. Sabiendo que hacerlo, implicaba que duerma una hora menos. Pero luego me vencí, pensando que Dios quería mi oración. Me sentí feliz y experimenté esa alegría llena de paz, de haber hecho un vencimiento que me aleja de mí y me acerca a Dios. También me sucedió en estos días que, tuve que conversar pacientemente con alguien que no hubiera querido. Me tuve que mirar a mí mismo. Pues me di cuenta de que me faltaba el perdón, en algo sencillo, pero que estorbaba en mi corazón para relacionarme con esta persona. Y di el paso de amarlo. Perdonándolo mientras hablábamos.
En la vida, hay vencimientos así de “fáciles”. Pero hay otros, como por ejemplo, el hablar con alguien que pudo habernos herido gravemente, o perdonar de corazón a esa persona. Siendo que, es el mismo Dios el que nos pide perdonar y no aplazar el perdón. Visitar a alguien para abrirle nuestro corazón, admitiendo que fuimos nosotros, los que nos equivocamos. Pueden ser vencimientos más grandes que Dios nos pide, en los cuales se comprueba si realmente estamos dispuestos a “dar la vida” por Él.
Tal vez en nuestra cabecita pensemos que, cuando sea el momento seremos capaces de dar la vida, por Jesús.
Padre Milton Danilo Paredes
Superior de la Fraternidad Sacerdotal del
“Santo Sacrificio y María, Madre y Reina de la Unidad”
Preguntémonos:
- ¿Cómo podemos ser capaces de dar un día la vida por Él, si no somos capaces de vivir los pequeños vencimientos del día a día?
- ¿Cómo podemos decir que daríamos la vida por Jesús y obedeceremos hasta la muerte, si cuando tenemos que hacer algo tan sencillo como obedecer a nuestro coordinador se nos hace tan difícil?
- ¿Cómo podremos dar un día la vida por Jesús si nos basta un pequeño cansancio para no asistir a nuestras reuniones de comunidad o para dejar de visitar a alguien de mi comunidad que lo necesita?