Tercer Día de la Semana de la Unidad – 2019

Tercer Día de la Semana de la Unidad – 2019

Hoy, 20 de enero, la reflexión que nos propone la iglesia es el Salmo 135, 8-13

En este día, especialmente la iglesia celebra la jornada de oración por la Unidad de los Cristianos y todas las iglesias del mundo está consagrado a orar por la Unidad de los Cristianos. Llama mucho la atención este Salmo que habla de la ternura de Dios. Valdría que lo lean. En estas meditaciones no les pongo el texto completo, sino que les hablo parte del texto; pero cada uno, puede reflexionarlas.

En este Salmo, en el versículo 8 dice que el Señor es tierno y misericordioso. El Santo Padre ha hablado mucho de la ternura y es algo que debemos poner atención verdaderamente.

El año pasado de hecho, el Papa Francisco habló de algo que es nuevo en la Iglesia: La teología de la ternura. Fue muy bonito saber que él hablaba especialmente de que la teología y la ternura. Parecen palabras muy distantes, pero en realidad son muy cercanas porque también muchas veces nosotros podemos pensar que la teología es una realidad que no toca nuestra esencia. Él habla de cómo la ternura es ese poner en la vida diaria, en lo concreto, la existencia de un Dios misericordioso.

Que, si bien la teología ya no se puede reducir únicamente a sentimentalismos o a sentimientos, tienen que ser explicaciones dadas desde la razón. Pero que muchas veces hay cosas que más bien se tienen que solucionar desde el corazón, desde lo emotivo.

Nosotros podemos darnos cuenta cuántas veces hay personas que no entienden a Dios desde el corazón. Por eso, tampoco no lo entienden cuando escuchan la palabra de Dios o cuando escuchan una homilía. En ese tiempo especialmente que a veces tanto nos empeñamos y decimos: “lo que pasa es que los jóvenes no creen, lo que pasa es que tanto están metidos apoyando el aborto o la identidad de género”. Y muchas veces queremos convencerlos a nivel ideológico o nivel filosófico. Cuando, de verdad, la solución es que nosotros hagamos primero éste intento de llegar al corazón de ellos.

Una vez que el corazón está dispuesto, también algo se abre en la mente para que entienda algo diferente. Tantas veces creemos que, sin tener una buena relación con nuestros hijos, o con nuestros amigos, sin haberles demostrado que los amamos, queremos llevarlos a una misa, queremos hablarles de la confesión.

Esto es lo que dice Santo Padre: “la ternura es esta parte que debe tocar el corazón humano para que, desde esta parte que es sensible el ser humano, acepte realidades de fe. Otra cosa hermosa que dice el Santo Padre en sus reflexiones, en general, es que la ternura, al mismo tiempo, es algo que a nosotros nos debe hacer creer en que somos profundamente amados.

La ternura de Dios, el Santo Padre la ha puesto como la imagen de un Dios que es Padre y Madre. Insiste mucho el Santo Padre que el fruto de esta ternura de Dios es que nunca nos alejemos de Dios, que siempre creamos que Él nos perdona todo, que Él siempre va a estar para perdonarnos, que Él siempre va a estar si hemos caído, para levantarnos. Que pensemos en el Dios bíblico que dice: “que, aunque nuestra madre nos abandone Él no nos abandonará”.

Entonces un fruto hermoso de la ternura en la teología del Santo Padre es el sentirse amado, pero profundamente amado. Así como Dios, que nos ama mucho más que un padre o una madre biológica.

El tercer punto de la ternura que nos ha explicado el Santo Padre en este tiempo es que la ternura nos hace saber que nosotros somos imagen y semejanza de Dios, haciendo que no seamos gente ensimismada. Esto es algo que también va muy de acorde a la espiritualidad. Especialmente porque ¡cuántas veces! nosotros hablamos de no ser gente que se encierra en sí misma.

El Santo Padre utilizó la palabra: “no ser autorreferenciales”. Es decir, gente que lo único que tiene de referencia es: a sí misma.

Dice el Santo Padre, cuando habla de la ternura que, si tu crees que eres imagen y semejanza de Dios, vas a buscar también ser ternura para los demás. Importante es que a los demás les hagamos sentir dignos, sentir amados. Pero no solamente desde el amor que nos damos, sino dándoles valor de ser hijos de Dios, diciéndole: “tú eres imagen de Dios y tú también puedes amar.” Todo esto hace que la persona salga de sí misma y que se entregue a los demás desde la ternura.

Que el Señor en este día, en esta jornada, también nos permita vivir éste salmo 135, que habla de la ternura y misericordia de Dios para con todos. Esto que es parte también del camino de Unidad que el Señor quiere que hagamos en aspectos concretos de nuestra vida.

Les envío la bendición y que el Señor en este tercer día de oración por la Unidad de los Cristianos nos haga valorar tantas cosas hermosas y tantas herramientas que Dios nos da para vivir la Unidad entre todos.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Con profundo amor,

Padre Milton Danilo Paredes
Superior de la Fraternidad Sacerdotal del
“Santo Sacrificio y María, Madre y Reina de la Unidad”

Síguenos en: