Cartas y Mensajes

Contemplemos a nuestra Madre Santísima. Ella nos engendra en su corazón y con ternura nos une a la Trinidad Santa.

San José nos mostró cómo vivir de manera sencilla y silenciosa, pero siempre agradando a Dios, no al mundo.

Amarlo a Dios como lo hacen los niños, porque en la vida no hay nada mejor que sentirse acogido cálidamente en los brazos del Padre.

A pesar del dolor y del pecado, la mano del Señor está actuando en el mundo. Debemos experimentar y predicar LA ESPERANZA.

San José, siendo un hombre como todos nosotros, nos muestra este camino de amor incondicional a Dios.

Hacer sonreír a Dios y entregarle libremente nuestra alma para que sea transformada, y así, a través nuestro, otros lleguen a Él.

Los saludo con un cálido y afectuoso abrazo, lleno de los mejores deseos en este día tan especial que se festeja a la Madre.

Reciban un cálido abrazo al inicio de nuestro nuevo año, que está marcado por un propósito o consigna espiritual particular.

Reciban un cálido y sincero abrazo fraterno. Ha llegado diciembre, mes en que todo se reviste de alegría inocente y esperanza.

Bienaventurados si nos negamos a nosotros mismos, porque entonces alcanzaremos un pedazo del cielo en la tierra.

Dicen que las mujeres cristianas de la época romana eran llevadas al martirio por los soldados y marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas.

Comienzo esta carta citando a nuestro Santo Padre Francisco, en su mensaje para las Jornadas Mundiales de las Misiones del presente año.